Pensamientos filosóficos




Con frecuencia no sabemos lo que deseamos o lo que tememos. Podemos acariciar
un deseo durante años sin confesarlo ante nuestra conciencia, e incluso sin
dejarlo asomar a la conciencia clara, pues el entendimiento no ha de saber
nada de él, ya que sufriría la opinión que tenemos de nosotros mismos. Pero
si el deseo se cumple, experimentamos en nuestra alegría, no sin vergüenza, que
hemos deseado esto


Schopenhauer

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